viernes, 26 de enero de 2024

Bestia Domada

Muy de vez en cuando aparece. Nadie lo busca en realidad, pero cuando está se nota. No es ningún boludo y la tiene muy clara. Sabe todo, absolutamente. Pero no es de los que se hace notar. Muy por el contrario, elige operar desde las sombras o ni siquiera hacerlo. 


Cuando lo conocí no fue un mal momento. Simplemente me di cuenta que estaba enjaulado, triste y vacío. Todo eso ocultaba la oscuridad de su alma. Estaba acurrucado y casi que no podía respirar. Daba un poco de lástima, a decir verdad. Pero es de los que no se puede confiar mucho. Si lo soltás vas a tener consecuencias. 


Los días son muy cómodos. Comunes. No representan desafíos pero tampoco obstáculos. Ya no se siente esa cosa en la panza dolorosa y de la cual siempre quise huir. Ese porvenir acechante cuando mirás la hora a cada rato esperando que no llegue, pero que inevitablemente va a llegar. Eso ya no existe más. El terror de los martes de Música en la escuela. El saber que se acercaba un acto al que no quería ir. O una reunión de más grande, tal vez entrevista de trabajo, y hasta eventos sociales como cumpleaños de compromiso.


Todo eso ya no existe. Pero tampoco lo otro. La cosquilla de aventura. La previa de una catarata de emociones que vuelcan por todos lados. El fino placer de existir y de ser. Esas sensaciones difíciles de afrontar pero tremendas de vivir. Ya no hay. De las últimas que recuerdo se fueron en algún viaje pasajero. En alguna voz lejana de algún ignoto transeúnte. Ya no existen.


Y él se alimenta de eso. Por eso ya no puede respirar casi el pobre. Está agonizando bajo capas y capas de sonrisas forzadas, de rutinas exasperantes, de saludos uno por uno siempre a las mismas personas, las cuales no son ni van a ser nada más que personas vacías en cajas cerradas de pisos de maderas y ventanas de cristal con mosquitero. 


Es un tortura diaria la que sufre, no puede retener ni un momento para él. Está todo arrugado y agotado. Ya sin esperanzas de que algún día cambie. Únicamente vive porque la biología no le permite morir. Está dopado, arrinconado, censurado y lastimado, herido sin posibilidad alguna de curarse. Enjaulado debajo y detrás de barrotes ficticios e indestructibles. Invisibles e impermeables. 


Derrotado, devastado, destruido. No hay más calificativos con D que lo nombren. Solo domado por una vida secuestrada. Por falsas ilusiones de felicidad. Por camiones y camiones de tristeza que pasan por autopistas vacías subterráneas. Arriba de la superficie el filtro. No hay colores sino mezclas baratas que hacen a una eternidad de efectos solapados. No hay alegría espontánea. No hay gritos ni llantos. No hay dolores profundos ni exacerbada alegría. La vida del cómodo sujeto de hoy es casi una comedia, casi una tragedia.


miércoles, 2 de enero de 2013

Notas de un soñador atrapado


Uno aprende durante toda su vida a perseguir determinada meta, a llegar a un punto donde todo será genial. Uno aprende a que para llegar a eso hay que tomar caminos, decisiones a elegir entre una red de canales posibles. Ese camino es interminablemente abominable, sombrío y extraño. Uno no llega del día a la mañana y su longitud lo hace aún más temible.

He transitado pasos de ese camino, he realizado lo realizable para alcanzar su final, dejar la transición para llegar a la definición. He descubierto nuevos caminos, bifurcaciones tentadoras que las pude sobrellevar. He ansiado el momento más preciado, cuando se acaba la tierra y comienza la bella etapa de la singularidad. Con errores, pero pasos simétricamente aplicados, la búsqueda inmediata de la perfección a largo plazo fue el motivo de cada abrir de ojos. Pero, ¿qué hace uno cuando en el medio del camino descubre que no es posible llegar caminando? ¿qué pasa cuando a uno de pronto se le ocurre que no es el camino lo importante?

jueves, 1 de marzo de 2012

Esas ruinas me dicen algo


Todavía no encuentro una razón, pero me motivan a pensar. Son solo unas columnas apiladas creadas por los griegos allá por los 400 a.c. Para ellos significaba tanto, es el templo del Partenón. Y unos cuantos años después siguen generando una enormidad de pensamientos salientes de mi humilde cabeza. Es que con el solo hecho de observar esa arquitectura perfeccionista y esa desfachatez constructiva, mis ideas se reacomodan y comienzan a crear.

Tierra de grandes, Sócrates, en principal. Mi motivación inicial en este mundo racional en el cual quiero entrar y salir para siempre de la piel del conejo como describía la pequeña niña en "El Mundo de Sofía" de Jostein Gaarder. Es el universo que permite relacionarnos con las más internas confecciones de nuestro ser, y ¿por qué tanta gente no lo quiere ver?
No quieren salir de su encierro material y "profesional" en el cual se mueven, su preocupación postmoderna me genera repulsión, no saben lo que se pierden. 

domingo, 26 de febrero de 2012

La correcta palabra Superfluo

¿Vivimos en un mundo Superfluo? ¿Cuál es el hecho que lo determina?


Simplemente quiero dar inicio a este blog de una manera lógica pero a su vez básica. Para comenzar a hablar de algo primero hay que conocerlo, investigarlo. Una forma, (la más simple) es desarmar el contenido de sus letras: en esto caso son dos las palabras que forman una conjunción perfecta de mi pensamiento actual.

MÉTODO + SUPERFLUO

El Método se utiliza diariamente para hacer alusión a conceptos científicos o pasos a seguir, cuando lo que realmente es un método es un medio utilizado para llegar a un fin.
Superfluo, palabra extraña si las hay. Según la Real Academia Española es "No necesario, que está de más". Dejemos la estructura de lado y apostemos a un Superfluo como algo inútil, algo de lo cuál no necesitamos.
Ahora bien, la unión de las palabras determina un concepto único e inexistente hasta el momento. El Método Superfluo se podría explicar como la innecesidad de seguir un medio para llegar a algo, o mejor dicho, lo redundante que resulta el camino de algo que no tiene concepción racional.

En fin, El Método Superfluo... ese es mi blog. Ahora, a comenzar a formar una condición que aleje la irracionalidad contemporánea para poder pensar libremente y poder, justamente, ser libres...